¡Hemos llegado! ¡Es hora de compartir mis primeras impresiones de Quito, Ecuador!

La vida sigue siendo un poco loca, pero hace unos días, a última hora de la tarde, aterrizamos en Quito. Lo primero que noté fue el olor a ozono, una sequedad en las fosas nasales por el aire de alta montaña y una sensación de alivio por empezar por fin esta nueva aventura.

Primeras impresiones de Quito

El nuevo aeropuerto, de sólo 6 meses de antigüedad, estaba abarrotado de ecuatorianos que volvían de vacaciones y turistas estadounidenses que llegaban para las suyas. A pesar de la aglomeración, las colas avanzaron rápidamente y las bolsas llegaron a tiempo. Pronto nos adentramos en la oscura noche andina.

Condujimos durante una media hora por calles tranquilas y bien iluminadas de la ciudad. Era un poco surrealista ver la capital tan quieta y tranquila, incluso a medianoche. Todos los comercios estaban cerrados con pesadas puertas metálicas y cubiertas en las ventanas, las casas ocultas tras altos muros de hormigón, y pocos coches circulaban por las calles. Nuestra otra experiencia en Sudamérica, Buenos Aires, nos enseñó que la vida nocturna es muy normal. Obviamente, ese no es el caso aquí.

Altitude da la bienvenida a Quito

Nos recibieron en el hotel con toallas calientes para limpiarnos las manos y la cara y vasos grandes de zumo de naranja para hidratarnos. No es sólo el largo vuelo internacional lo que deshidrata el cuerpo, sino la altitud, nada menos que 9.300 pies. De hecho, Quito es la segunda capital más alta del mundo. Para adaptarnos, es importante que bebamos mucha agua y tengamos cuidado con la velocidad a la que empezamos a hacer esfuerzos.

Hasta aquí, todo bien. Hemos tenido el ligero dolor de cabeza que se pasa con más agua y un poco de ibuprofeno. Tras una noche de sueño reparador, nos despertamos con una mañana magnífica y unas vistas preciosas. Es una de las pocas fotos que he hecho hasta ahora. Aún estamos descubriendo el trazado local y no hemos sacado las cámaras a las calles de la ciudad. Pero a medida que nuestro nivel de comodidad aumente y descubramos cómo no parecer turistas entrometidos y más bien viajeros interesados, tendré más cosas que enseñarte.

Quito, Ecuador en la madrugada | ©Angela Drake
Quito, Ecuador en la madrugada | ©Angela Drake