El pasado domingo, los ecuatorianos aprobaron dos consultas populares, enviando una clara señal al gobierno de que el medio ambiente tiene prioridad sobre la extracción de minerales. En la primera, los ecuatorianos votaron a favor de detener la extracción de petróleo en el Parque Nacional Yasuní. En la segunda, votaron a favor de impedir la explotación minera en la Biosfera Choco-Andino.

Paralización de la producción de petróleo en el Yasuní

Más del 58% de los ecuatorianos votaron SÍ en respuesta a esta pregunta:

¿Está usted de acuerdo en que el gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT, conocido como bloque 43, indefinidamente en el subsuelo?

Los ecuatorianos celebran esta gran victoria, especialmente los Yasunidos, una coalición que ha trabajado durante más de una década para que se celebrara esta votación. Para entender la alegría que se siente, es importante conocer la historia de la ITT.

Breve historia de los yacimientos petrolíferos de Ishpingo – Tiputini – Tambococha

A principios de la década de 2000, el presidente ecuatoriano Rafael Correa propuso una solución única para los yacimientos petrolíferos de Ishpingo – Tiputini – Tambochocha (ITT). En la Asamblea General de la ONU de 2007, lanzó la iniciativa Yasuní – ITT. A cambio de 3.600 millones de dólares de la comunidad internacional, Ecuador dejaría el petróleo de este yacimiento bajo tierra. En 2012, se ha comprometido un total de 200 millones de dólares.

En su momento, este acuerdo fue pionero y se consideró una nueva forma potencial de apoyar a las comunidades dispuestas a anteponer el medio ambiente a los beneficios del petróleo. Los fondos habrían creado un nuevo modelo económico, haciendo que Ecuador pasara de una economía extractiva a otra sostenible.

Sin embargo, en 2013, el presidente Correa canceló la iniciativa, alegando que el «mundo nos ha fallado.» En realidad, los grupos de presión de la industria petrolera se volvieron demasiado difíciles de ignorar. En 2016 ya habían comenzado la extracción de petróleo.

La defensa constante de Yasunidos da sus frutos

Aparecen los Yasunidos, un grupo de jóvenes activistas dedicados a impedir que el gobierno extraiga petróleo en el Yasuní-ITT. Casi inmediatamente después de la decisión de Correa de paralizar la iniciativa Yasuní-ITT, decidieron celebrar un referéndum. Recogieron más de 750.000 firmas para incluir el referéndum en la papeleta electoral, un derecho consagrado en la Constitución de Ecuador. Sin embargo, el Consejo Nacional Electoral ecuatoriano anuló el 60% de las firmas. Han sido necesarios diez años de recursos legales, protestas pacíficas, educación de la comunidad y mucho más para que el referéndum llegue finalmente a las urnas este año.

Por eso, al conocerse la noticia de este rotundo SÍ, los Yasunidos lo celebran con razón.

El Choco-Andino gana a lo grande

Los resultados del Choco-Andino proceden de 4 preguntas diferentes. Cada uno pregunta sobre un nivel diferente de minería, empezando por la minería artesanal, una actividad muy a menudo ilegal que se practica comúnmente en todo Ecuador:

¿Está usted de acuerdo con prohibir la explotación de minería metálica artesanal dentro del Área de Importancia Ecológica, Cultural y de Desarrollo Productivo Sostenible conformada por los territorios de las parroquias de Nono, Calacalí, Nanegal, Nanegalito, Gualea y Pacto, que conforman la Mancomunidad del Chocó Andino?

Las tres preguntas siguientes se referían a la prohibición de explotaciones mineras en el mismo lugar para minas pequeñas, medianas y grandes. Each of the four received the same percentage fo the vote. A resounding 68% of the electorate voted in favor. El mensaje es claro: no mineria en el Choco-Andino.

Quito Sin Minería, clave para el voto afirmativo

Al igual que en la votación del Yasuní, el referéndum en el Choco-Andino se produjo gracias a la defensa y el duro trabajo de una organización. En este caso, fue Quito Sin Minería quien presentó el caso.

El futuro de la minería en Ecuador

Aunque estos referendos son señales claras de que la mayoría de los ecuatorianos quieren que su país dependa menos de la minería, el camino que queda por recorrer es difícil. Los grupos de presión y los empresarios ya están protestando.

Lo que Ecuador necesita en este momento es una afluencia de ecoturistas, de los que apoyan proyectos de turismo comunitario, contratan guías locales y pagan los impuestos que acompañan a un viaje de este tipo. Ecuador necesita demostrar que el ecoturismo puede cambiar vidas. Sólo podrán hacerlo si los ecoturistas se unen a la causa.